El maravilloso mundo de las prioridades

12.03.2013 10:20

 

Entender prioridad como la anterioridad en el orden o en el tiempo de una cosa respecto de otra debería servir para darle importancia a las cosas que mas necesitan nuestra atención ante las que no lo requieren tanto. Entonces, ¿porque nos cuesta tanto priorizar?
No todo tiene la misma importancia. Estemos seguro, no la tiene. Siempre hay algo que necesita una atención especial respecto a otra cosa. No es lo mismo construir los pilares y la estructura de una casa que colgar un cuadro. Somos nosotros los que nos encargamos de hacer que todo sea urgente, y no es así. Siempre habrá una cosa más importante que la otra.
¿Qué nos suele ocurrir?. Pues que en nuestro afán de convertir cualquier circunstancia en prioritaria acabamos frustrados y diciendo que "no llegamos a todo", "no tengo tiempo", y demás excusas similares que no son más que justificaciones para decir que hemos hecho o hemos dejado de hacer algo.
Una clave en el éxito de un líder pasa por su capacidad de priorizar, de separar lo que es importante de lo que no lo es tanto, de saber que hay que hacer en cada momento, entendiendo y sabiendo que habrá otra cosa que quedará desplazada, pero ese es el secreto, entender que para ser efectivos hay que hacer lo que hay que hacer y porque hay que hacerlo. No se puede contentar a todo el mundo. Cuando queremos hacer nuestras las prioridades de todos los que nos rodean, está claro que no llegaremos a satisfacer ninguna, y lo que es más importante, estaremos dejando de lado las nuestras propias, las que marcan nuestro camino, las que nos ponen rumbo al objetivo, las que no salen en las estadísticas, pero que son al fin y al cabo las que nos definiran como personas efectivas, ya que un líder debe ser un extraordinario gestor de prioridades.
Para gestionar las prioridades tenemos que tener claro que la que ahora está en el número uno, mañana puede estar en el seis, y la que está en el ocho, puede pasar a ser la primera. Solo puede haber una arriba en la lista. Ahora bien, ¿cuantas veces hemos confundido prioridad con distracción pasajera?.
Lo explico mejor. Estamos en nuestra labor, con nuestra prioridad, y de repente se nos cruza por delante una distracción que no es prioridad, pero que dejamos que ocupe su lugar, ya que directamente dejamos lo que estamos haciendo para inmediatamente ocuparnos de lo segundo, que seguramente puede solucionar alguien de nuestro equipo, ya que doy por hecho que están lo suficientemente preparados para ello, porque nosotros como lideres nos hemos preocupado por que lo estén, pero que nos ha distraido haciéndonos perder un tiempo precioso que podíamos haber invertido en aquello que habíamos decidido que era nuestra prioridad inmediata. Y aún peor, hay personas a los que les encantan esas distracciones y no pueden evitar dedicarle tiempo del que más tarde dirán que no tienen.
Además, esos lideres que adolecen de la capacidad de priorización corren un grave riesgo, y es que sus colaboradores detecten en ellos esa carencia y les hagan participes de todas sus incidencias, sabiendo que este les va a hacer caso inmediatamente, aunque tenga que dejar lo que está haciendo, con lo que se invierte el orden en la "delegación", y entonces los que deleguen sean los de abajo en el de arriba, y no las decisiones importantes, que a un líder le corresponde hacer, sino cualquier cosa de ínfima importancia que deberían haber sido capaces de resolver ellos mismos, y que por comodidad, no hacen ya que prefieren que les saquen las castañas del fuego por pequeño que sea el asunto.
Todo el día estamos eligiendo y priorizando. Desde primera hora de la mañana. ¿Qué ropa me pongo?. ¿Qué desayuno?. ¿Carne o pescado?, etc, etc... La vida es elegir y priorizar continuamente, sabiendo que cuando nos decidimos por algo estamos dejando de lado otro conjunto de posibilidades. Pero para disfrutar de algo no hay otra opción. Priorizar, y algo más importante. Saber hacerlo sin que nos cause ningún tipo de frustración.
Ya decíamos que "la ilusión del control" puede ser un motivador de primer nivel, pero también puede ser un gran archienemigo, porque como decía el Maestro Oogway,"nunca alcanzarás tu destino hasta que no abandones la ilusión del control". Y en ocasiones a través de acaparar prioridades sin darle sentido e importancia a cada una, pensamos que el control está más cerca.  Nada más lejos de la realidad.
Conseguir un objetivo requiere que hayamos trazado un plan de acción, y este pasa por definir prioridades. Puede ser difícil, porque sabemos que para elegir algo deberemos dejar de lado otras cosas, pero el camino de la excelencia es mucho más genuino y reconfortante que vivir en la continua mediocridad de unas prioridades mal gestionadas.
No tengamos miedo a priorizar, y sobre todo, a dejar que otros también prioricen las suyas, y en cualquier caso invirtamos nuestro tiempo en que cada uno de nuestros colaboradores tenga claro como hacerlo haciendose responsable de las mismas. Solo así les ayudaremos a crecer y a desarrollarse como lideres, que no es otra que nuestra propia misión, ya que un líder no debe generar seguidores, sino más lideres.
 
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